Este es mi sentido homenaje a Víctor Barrio, al que tuve la suerte de conocer desde hace 3 años. Recientemente me abrió las puertas de su casa de Grajera para mostrarme el alma de su pasión por los toros, reflejada en este óleo.
Hasta siempre, querido amigo.
Hasta siempre, querido amigo.